jueves, 12 de enero de 2017

CONSEJOS PARA SOBRELLEVAR EL CALOR.


LA BICI EN VERANO.

El uso que hacemos hoy en día de la bici, como medio de transporte urbano, puede no ir tan de la mano de las elevadas temperaturas atmosféricas. Veamos unos cuantos consejos para que ese calor no nos afecte negativamente hasta impedirnos sacar la bici porque a los verdaderos amantes de las dos ruedas un poco de calor no nos desanima.

1º. La ropa adecuada. Escogemos ropa de colores claros y de tejidos transpirables, como el algodón. Para las chicas, los vestidos holgados serán la apuesta del verano. Busquemos variar cada día la forma de tirantes y mangas para no presentar ese antiestético “moreno agromán” de los ciclistas profesionales. Vendrá bien llevar la cabeza cubierta con una gorra o pañuelo y quien utilice casco, que se pase a uno bien ventilado y de tonos también claros. Si las almohadillas interiores son intercambiables, podemos lavarlas al cabo de unos días.

2º. Unos cuantos consejos para llevar a cabo antes de montarte en la bici: es importante aplicarse crema solar con un factor alto de protección, antes de salir. Y como último complemento, añadamos unas gafas de sol. Si te duchas justo antes de montarte en la bici, puedes salir con el pelo mojado. Y, si comes en casa, no sería una mala idea darse dos duchas diarias.

3º. Sal al amanecer o al atardecer. Desde que ha entrado el calor, me he programado el despertador una hora antes para salir en la bici cuando la ciudad aún está fresquita. Tanto es así, que tengo que salir con chaqueta y luego aplicarme el consejo de las capas, que vale ahora tanto como en invierno. Si no tenemos tiempo por la mañana, podemos escoger las últimas horas de la tarde. Cuando las horas nos las marcan nuestras obligaciones y no podemos escoger, tendremos que hacer caso a otros consejos.

4º. Ve por la sombra, que por el sol… ya sabemos. La sabiduría popular, aunque tenga una manera particular de expresar las cosas, no está exenta de razón. De todas las rutas posibles, en esta ocasión no elegiremos la más corta o rápida, sino la más sombría. Además, podemos elegir calles y horas donde sepamos que hay un aspersor en un jardín o parque y dejar que nos refresque con unas gotitas.

5º. Hidratación en tres momentos. Será bueno hidratarse antes, durante y después del ejercicio. Beberemos un par de vasos de agua antes de salir. En la bici, podemos optar por el bidón de toda la vida o por las mochilas de hidratación, muy buena solución para llevar más cantidad de líquido y para transportar, además, lo necesario. Si llevamos el agua casi helada, hasta nos puede refrescar la espalda. También existe una versión para el sillín. 

6º. La ley del mínimo esfuerzo. La velocidad de la bici provoca que te azote una brisa que cuando vas a pie o te paras resulta inapreciable. Así que, de momento, vamos con ventaja. Pero tampoco podemos aspirar a una velocidad excesiva que nos obligue a realizar un esfuerzo físico, pues entonces estaremos provocando una transpiración indeseada. La clave está en no generar más calor del que puedes evaporar. Es igual de importante administrar bien el cambio de marchas  si nuestra bici las tiene para que el esfuerzo físico siempre sea el mínimo.

7º. No pares, sigue, sigue. Por mucho calor que haga, sobre la bici no suelo advertirlo, gracias a la brisa. Sin embargo, cuando me detengo de repente noto cuál es la auténtica temperatura. Por ello es preferible tratar hacer el menor número de paradas posible. Por ejemplo, si vemos un semáforo y calculamos que se va a cerrar, mejor aminorar la marcha y evitar pararse que llegar rápidos y estar un rato detenidos bajo el sol.

8º. Si ocurre lo peor… Con todos estos consejos y los que cada uno nos dan en nuestra sección paralela, como planificar bien la ruta, salir con más tiempo para relajarse en el último tramo, hacer descansos, echarse agua fría por el cuerpo, etc., evitaremos consecuencias del esfuerzo exagerado y del elevado calor como los mareos, las pájaras, los golpes de calor… Pero si, a pesar de todo, ocurre, será necesario ayudar a la persona que lo haya sufrido. La llevaremos a un lugar fresco y trataremos de bajarle la temperatura corporal con paños húmedos. Echar agua por encima es buena idea, siempre que no esté muy fría. Pasado un rato, será bueno que beba agua e ingiera alimentos salados.

9º. Una vez llegamos. Para llegar presentables al trabajo, lugar de estudios o cualquier otro que sea nuestro destino, ya hemos aplicado una serie de recomendaciones. Pero tal vez no haya sido suficiente. Si somos de mucho sudar, quizá convenga llevar en la mochila ropa limpia o dejarla en el cajón, al igual que los zapatos. Tras usar el lavabo o una toallita húmeda, con la ropa limpia estaremos como nuevos.

10º. Otros consejos. Tal vez sea el momento de cambiar la mochila por alforjas o cesta para evitar el sudor de la espalda. No conviene hacer comidas pesadas, que también elevarían la temperatura corporal mientras hacemos la digestión. El estrés puede acalorarnos de verdad, así que elegiremos rutas tranquilas y de poco tránsito. Y algunas otras sugerencias, que nos han aconsejado, como utilizar alguna ducha pública (si vivimos en un lugar costero), llevar un frasquito de spray para echarnos agua por encima y aprovechar el aire acondicionado del trabajo… o, se me ocurre, pasar por debajo de los aspersores o junto a una fuente pública para refrescarnos con las gotitas perdidas.

Seguro que se nos ocurrían otras ideas que puedan ayudarlos, pongan en práctica para hacer el trayecto más llevadero en verano y no restarle nada de la diversión a montar en bici ni perder las ganas de usarla como medio de transporte.
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Lo cierto es que nosotros mismos, al elegir la bici como medio de transporte en lugar del coche o el autobús, estamos contribuyendo a que las temperaturas de la ciudad no sean tan altas. Ya sabemos que el asfalto retiene el calor y que lo más duro en algunas de las urbes más calurosas es esa sensación de que no refresca por la noche. Si no calentamos nuestros asfaltos, a la larga, dormiremos mejor.

Seguridad en la Bicicleta:
•Los niños deben ponerse siempre un casco.
•Asegúrese que la bicicleta sea del tamaño adecuado a su niño.
•Maneje siempre en el mismo sentido que el tráfico.
•No permita que los niños la manejen en las noches.
•Asegúrese de obedecer las leyes de tránsito.

Fuente: Bicicleteandoperú.

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