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La práctica del ciclismo de montaña es una de las disciplinas más bonitas y gratificantes dentro del mundo de los pedales. Sin embargo, rodar por el monte requiere un mínimo de entrenamiento y cierta planificación si queremos mejorar nuestra técnica y 'sobrevivir' a rutas cada vez más largas, algo que no siempre se consigue debido a que caemos en algunos de los errores más frecuentes de los ciclistas de montaña.
Errores frecuentes de los ciclistas de montaña
Hacer siempre la misma ruta. Lo más cómodo y fácil, pero a la larga hará que nos estanquemos en el entrenamiento. El cuerpo se acostumbra pronto al esfuerzo realizado en ese recorrido y no se consigue ninguna mejora física. Lo mejor es tener siempre un buen surtido de rutas; más largas, más cortas, con cuestas, llanas, de ida y vuelta, en circuito, etc. Salir con otras personas es la mejor manera de ir conociendo diferentes rutas.
Intentar seguir al primero. Otro error muy frecuente que cuesta mucho evitar. Y es que el amor propio puede con nosotros y queremos estar siempre entre los primeros, en el caso de salir con más gente. El cuerpo necesita adaptarse progresivamente a los esfuerzos, y no debemos salir siempre a por todas. Hacer rodajes poco exigentes también nos hace ganar fondo y resistencia: un pilar fundamental en el entrenamiento ciclista.
Salir sólo los domingos. Probablemente el error más frecuente de la mayoría de ciclistas. En el caso de muchas personas, que sólo pueden salir los domingos, para no perder la forma física es suficiente. Pero en el caso de querer entrenar más seriamente y obtener resultados, es insuficiente.
El cuerpo necesita esfuerzos continuos y repetidos a lo largo de la semana para ir mejorando, de lo contrario el rendimiento disminuye. No hidratarse correctamente. Otro de los errores más comunes. Si la ruta va a ser corta hay muchos ciclistas que prefieren no llevar agua y acabar con un poco de sed. Si la sed aparece quiere decir que hemos comenzado a deshidratarnos y en esas condiciones es difícil rendir encima de la bicicleta. El organismo se desgasta en exceso y no podremos entrenar correctamente ni obtendremos resultados satisfactorios en el entrenamiento. No llevar una fuente rápida de glucosa. En el caso de que suframos la temible y famosa pájara del ciclista, que no es ni más ni menos que una bajada del nivel de azúcar en sangre, lo mejor es reponer inmediatamente la glucosa que nuestro organismo necesita mediante alimentos de absorción rápida. Unas barritas de cereales, galletas, bebidas y geles deportivos o un pequeño tetrabrik de zumo, preferentemente de manzana, uva o piña, pueden hacer milagros a la hora de prevenir (o recuperar) una pájara. No hacer estiramientos ni antes ni después. Estirar antes de entrenar es útil para calentar los músculos y comenzar a bombear la sangre hacia ellos. Estirar después evita que los músculos se acorten, sobre todo los músculos posteriores o isquiotibiales. El ciclismo es un deporte cíclico, donde el músculo se acostumbra a un tipo de contracción con un rango de movilidad reducido, y esto puede acortar la longitud del músculo. Los estiramientos son imprescindibles, incluso aunque sólo salgamos una vez a la semana.
Publicado el 15/05/2015
El cuerpo necesita esfuerzos continuos y repetidos a lo largo de la semana para ir mejorando, de lo contrario el rendimiento disminuye. No hidratarse correctamente. Otro de los errores más comunes. Si la ruta va a ser corta hay muchos ciclistas que prefieren no llevar agua y acabar con un poco de sed. Si la sed aparece quiere decir que hemos comenzado a deshidratarnos y en esas condiciones es difícil rendir encima de la bicicleta. El organismo se desgasta en exceso y no podremos entrenar correctamente ni obtendremos resultados satisfactorios en el entrenamiento. No llevar una fuente rápida de glucosa. En el caso de que suframos la temible y famosa pájara del ciclista, que no es ni más ni menos que una bajada del nivel de azúcar en sangre, lo mejor es reponer inmediatamente la glucosa que nuestro organismo necesita mediante alimentos de absorción rápida. Unas barritas de cereales, galletas, bebidas y geles deportivos o un pequeño tetrabrik de zumo, preferentemente de manzana, uva o piña, pueden hacer milagros a la hora de prevenir (o recuperar) una pájara. No hacer estiramientos ni antes ni después. Estirar antes de entrenar es útil para calentar los músculos y comenzar a bombear la sangre hacia ellos. Estirar después evita que los músculos se acorten, sobre todo los músculos posteriores o isquiotibiales. El ciclismo es un deporte cíclico, donde el músculo se acostumbra a un tipo de contracción con un rango de movilidad reducido, y esto puede acortar la longitud del músculo. Los estiramientos son imprescindibles, incluso aunque sólo salgamos una vez a la semana.
Publicado el 15/05/2015
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