Tanto andar como correr son un tipo de ejercicio que mejora nuestra capacidad cardiovascular, pero: ¿qué entrenamiento es mejor?
Desde Personal Running nos advierten “ninguno de los dos entrenamientos es mejor del otro”.
Eso sí, depende de tus condiciones, capacidades y objetivos que persigas. Cuál es tu caso. Te contamos los pros y contras de cada actividad.
Personal Running / Patricia Cantalejo 11/12/2015

ANDAR.
* Ventajas:
- Es un ejercicio suave y moderado que permite trabajar el sistema cardiorespiratorio desde cero. Totalmente recomendable para personas que lleven mucho tiempo con un estilo de vida sedentario y quieren comenzar a hacer actividad física para mejorar su salud.
- Disminuye los niveles de colesterol y reduce el riesgo de enfermedades como la obesidad, diabetes, hipertensión o enfermedades coronarias.
- Es ideal para personas con sobrepeso y/o con problemas articulares importantes, ya que el impacto sobre sus articulaciones será menor.
- El riesgo de lesión es mucho menor que al correr.
- Es un entrenamiento que puede realizar prácticamente todo el mundo aunque presente diferentes patologías.
* Desventajas:
- El gasto calórico no es demasiado elevado, con lo que se necesitará una gran cantidad de tiempo caminando para conseguir un gasto calórico importante.
- La capacidad cardiovasctútú y respiratoria no aumentará tanto como en la carrera, ya que no somete a estos sistemas a una alta intensidad.
CORRER.
* Ventajas:
- Trabajará tú sistema cardiorespiratorio en mayor medida que caminar.
- Reducirá los niveles de colesterol y el riesgo de enfermedades como la obesidad, la diabetes, la hipertensión o las enfermedades coronarias.
- El gasto calórico es más elevado que caminar. Por tanto, si el objetivo que buscamos es la pérdida de peso, lo conseguiremos antes a través de este medio.
- Tonifica en mayor medida los músculos de las piernas.
- Libera una mayor cantidad de endorfinas (hormona de la felicidad), por lo que es un gran aliado para aliviar tensiones y reducir el estrés y la ansiedad.
* Desventajas:
- Necesitas tener un estado físico aceptable antes de comenzar a practicarlo.
- No es aconsejable para personas que llevan mucho tiempo con un estilo de vida muy sedentario.
- El impacto para las articulaciones es elevado por lo que no es recomendable a personas que tengan sobrepeso y/o lesiones o molestias articulares.
- El riesgo de lesión es mayor que a la hora de andar. 
“No siempre correr es la mejor alternativa, por lo tanto, los recomendamos que, salvo problemas graves (o bien articulares o bien a nivel cardiovascular que limiten la posibilidad de correr), se lleven a cabo ambas”, nos aseguran desde Personal Running.
Si partimos de un estado de forma bajo, empezaríamos caminando y a medida que vayamos adquiriendo un mayor nivel iremos introduciendo poco a poco la carrera con series cortas (de pocos minutos) combinadas con partes de caminata. Con el paso de las sesiones, aumentaríamos progresivamente los tiempos de carrera y disminuiríamos el tiempo que se realiza andando.
Poco a poco el cuerpo irá progresando y cada vez iremos consiguiendo acumular más tiempo de carrera continua, hasta que lleguemos al punto de poder realizar la sesión completa de 30’-45’ sin parar. El descanso también es importante, sobre todo en actividades que suponen un impacto elevado como la carrera, por lo tanto, no conviene correr todos los días, y más cuando no es una actividad que llevemos haciendo de forma regular durante toda nuestra vida. En este caso, si queremos realizar más ejercicio semanal y aumentar nuestro gasto calórico y mejorar nuestra capacidad cardiovascular, una buena solución puede ser correr y andar en días alternos, y descansar un día a la semana, de esta forma estaremos complementando perfectamente ambas alternativas.
¿Quieres empezar a correr?  Consigue tus objetivos.
Fuente: www.marie-claire.es
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